Guitarras Famosas:La "Number One" de Stevie Ray Vaughan

Como su nombre lo dice, era la guitarra favorita de Stevie, una fender stratocaster del 58, con un mástil del 62, color tabaco, al parecer lo que le llamo la atención de esta guitarra, fue el ancho del mástil que se ajustaba perfecto a sus largas manos, Stevie la compro en el 73, me imagino que en una "Pawn shop guitar", y desde ahí se convirtió en la "Number One", le hizo algunos ajustes, por ejemplo, cambio el tremolo de diestro por uno de zurdo, para emular a su ídolo Jimi Hendrix, y también le puso las famosas iniciales SRV, que también las pusieron cuando salio la custom de esta guitarra.


Como verán en el vídeo de abajo, la Numero fue sometida a los tratos mas cafres, así que en varias ocasiones el Luthier de Stevie le tuvo que reparar el mástil, pero llego un momento en que ya no iba quedar bien el mástil, y pensó en jubilar a la guitarra, sin embargo le dieron otro chance y le pusieron el mástil de otra de las guitarras de Stevie, pero en un concierto se cayó parte del escenario y cayó sobre las guitarras, entre ellas la Numero 1, en esta ocasión Fender les envió un mástil original del 63, y así estuvo hasta el 92, año en que murió Stevie, la leyenda dice que la guitarra esta enterrada junto a Stevie, otros dicen que la tiene su hermano Jimmy, también se dice que el Luthier de Stevie le volvió a poner el mástil original de la guitarra y se la dio a su familia.

Siempre relaciono las guitarras de Stevie con las mujeres, de hecho el otro alias de la Numero 1, es "My First Wife", tiene otra guitarra que le puso "Lenny" nombre de su esposa, y el famoso vídeo que prefiere tocar su guitarra que hacerle caso a su esposa, por no hablar del trato a su guitarra favorita, aquí en México hay un dicho bastante misógino, que dice que de vez en cuando hay que golpear a la mujer, y Stevie también de vez en cuando le daba sus golpes a su guitarra amada, en el vídeo de abajo, utiliza la guitarra como si fuera una patineta, y dicen que en alguna ocasión la avento sobre la pared, para finalizar, "Tanto a la guitarras, como a las mujeres, de vez en cuando hay que golpearlas".